Festividad de
Lughnassad
Lughnasadh es una festividad
gaélica celebrada el 1 de agosto, durante la época de maduración de la cosecha
local de bayas, o durante el plenilunio cerca del punto medio entre el
solsticio de verano y el equinoccio de otoño. En otras zonas anglosajonas la
misma festividad es conocida con el nombre de Lammas. En la mitología del
pueblo celta, Lughnasadh fue comenzado por el dios Lugh, como una fiesta
funeraria y juegos conmemorando su madre adoptiva, Tailtiu, quien murió de
agotamiento antes de despejar las llanuras irlandesas para la agricultura.
La primera ubicación de la Áenach
Tailteann fue en un sitio del moderno Teltown, localizado entre Navan y Kells.
Históricamente la celebración de Áenach Tailteann fue un momento de
competencias de fuerza y de habilidad, y de matrimonios. Durante el festival se
declaró la paz y se hicieron celebraciones religiosas. Un festival de
Lughnasadh similar se hizo en Carmun (cuya localización exacta está en
disputa). Carmun se cree que fue una diosa de los celtas con una historia
similar a Tailtiu.
En Wicca, Lughnasadh es una de las ocho grandes fiestas de la Rueda del Año. Es la primera de los tres festivales de cosechas de otoño, siendo las otras dos Mabon y Samhain. Algunos paganos marcan el festival horneando una figura del Dios en pan. Simbólicamente hablando y de acuerdo con la creencia wiccana, Lughnasadh es la época en la que el Dios va perdiendo su fuerza.
La Diosa observa con alegría y
tristeza como el Dios está muriendo pero al mismo tiempo él vive dentro de ella
como su hijo. Es el tiempo de la primera cosecha, las plantas de la primavera
se marchitan y caen sus frutos y semillas para nuestro uso, además de asegurar
futuros cultivos. Es una celebración de la abundancia, el momento en el que se
recogen los granos que servirán de alimento durante el invierno. Es un momento
propicio para meditar sobre las ganancias obtenidas durante el año, los tesoros
encontrados, amigos, éxitos y todo aquello que sembramos y que finalmente se
cosechan y se vuelven una realidad. Viene la calma y el descanso de la energía,
debemos poner atención a nuestro interior, es tiempo de introspección y
meditación.
Lughnasadh es un Sabbat en el que
se conmemora el Espíritu de la Cosecha aterrizado en nuestras propias vidas.
Los frutos del Camino Wicca y de nuestra vida en general deben ser evaluados y
agradecidos, para reflexionar en aquellas áreas que han salido adelante y
aquellas en las que hace falta trabajar; meditar sobre los días del año que han
pasado y sobre lo que debemos hacer el año siguiente. Es el tiempo de ver los
frutos que tenemos por nuestros actos y analizar los resultados. Es un momento
de aprendizaje, de sembrar las semillas de lo que queremos aprender en el
futuro y de lo que queremos que los demás nos enseñen. Asimismo pedimos
bendiciones al Dios y a la Diosa para la abundancia de las estaciones futuras,
brindándonos su Luz, su amor, su guía, su protección y su sabiduría infinita.
Muchos granos, semillas, hierbas
y frutas se pueden cosechar y secar en este periodo para su uso en lo que resta
del año. El maíz es una de las cosechas más importantes, y en algunas áreas se
realiza el sacrificio del Rey del maíz representado con un monigote hecho de varias
hojas de maíz. Como Lughnasadh es un día representativo de la obtención de los
primeros frutos y las primeras cosechas, según la tradición, es una ocasión
para llevar a cabo ritos especiales de cosecha, hornear pan de maíz en casa y
preparar pasteles de bayas que luego se comen en honor a la cosecha.
Muchos grupos Wicca honran el
Espíritu de la Cosecha con la bendición ritual de una muñeca nueva hecha de
hojas de maíz o de paja, la cual simboliza precisamente a la Diosa de la
Cosecha, y la posterior quema de sacrificio de la muñeca vieja del año
anterior. Esta es una práctica precristiana europea. Las muñecas nuevas,
consideradas en la Galia como hijas del trigo, se conservan todo el año como
talismanes para la prosperidad general o económica; después deben ser quemadas
en el próximo Lughnasadh, no sin antes hacer una nueva muñeca.
También se pueden preparar
coronas con un haz de espigas y decorarlas con cintas verdes y/o rojas, las
cuales se bendicen durante el Sabbat para luego colgarlas detrás de las puertas
como talismanes que propician la fertilidad y la prosperidad económica. De la
misma manera, se pueden hacer reproducciones de los juegos de Lugh,
competiciones de habilidad y destreza deportiva en un ambiente amistoso y
pagano; recolectar flores o hierbas; bailar alrededor de la Madre del Maíz (una
muñeca grande hecha de hojas de maíz); hornear muñecas y figuras de pan;
compartir alimentos y bebidas con los amigos en honor a Lugh en particular o al
Espíritu de la Cosecha en general, llamado también Señora o Diosa de la
Cosecha. Es uno de los Antiguos venerados en el Sabbat.
SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE
LUGHNASSAD
Para los druidas, el ciclo de los
cereales representaba algo más misterioso que la simple germinación natural de
una semilla. El crecimiento, la muerte y el renacimiento del grano reflejaban
el ciclo humano del nacimiento, de la muerte y de la continuación. Se
encuentras grabados representando la paja y los cereales en las necrópolis
celtas, un índice de su significación tanto espiritual que material. Se debía
invocar el espíritu del trigo y atraerlo para que retorne a los campos. El
espíritu misterioso del trigo y de la abundancia eran atraídos y capturados por
una muñeca de paja. Ella tenían un rol simbólico importante en la celebración
de Lughnasadh.
Es difícil para los ciudadanos
nuestro tiempo, que normalmente siempre tienen a su disposición la alimentación
necesaria, comprender la importancia de las cosechas para la gente que depende
completamente de las reservas de alimentos del año anterior. Por eso que en
Lughnasadh se recuerda también la conservación y la buena distribución de la
cosecha.
ESTE SABBAT ES ESPECIAL PARA:
Amasar barras de pan y tortas
para este día.
Las prácticas tradicionales de
Lughnasadh consisten en el trenzado de espigas y hacer muñecas de maíz.
Para el ritual se utiliza sidra
en vez de vino.
Podemos hacer una “quemada”
simbólica de aquello que sentimos que nos aprisiona.
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