Con el florecer de los cerezos,
empieza la estación más dulce del año. La que prefieren las Hadas, la que
entibia el aire y calienta la tierra, la que permite que todo en la Naturaleza
se renueve, germine, nazca…
En primavera, las hadas de las
flores actúan siguiendo el ritmo de la naturaleza.
No necesitan saber las fechas del
calendario, pero a partir del 20 de marzo, cuando los días son ya más largos,
las flores empiezan a brotar y abrirse de par en par, asistidas por sus hadas
cuidadoras que les transmiten su fuerza y alegría.
La primera en aparecer es el hada
del tulipán, que con delicadeza despierta los pequeños bulbos, animándolos a
asomar sus cabecitas. De este modo cuando los primeros tulipanes emergen, las
Hadas se dan cuenta de que la primavera ha llegado. A continuación, cada hada
va desperezándose junto con su flor respectiva; el zuzón, la margarita, la beca
bunga, la prímula, celidonia, el diente de león, la ortiga o el narciso
trompón.
Todas las hadas se disponen a
celebrar con gran júbilo el estallido multicolor de la primavera, en la víspera
del 11 de mayo.
Las Hadas se ponen sus mejores
vestidos, que adornan con flores, hojas y ramitas. Entonces, buscan un claro
del bosque, bien luminoso, y agasajan con coronas y guirnaldas, al Hada del
tulipán.
Este hada es la encargada de
presidir la festividad, situada en el centro de un amplio círculo, en cuyo
interior se depositan miles de pétalos que forman un tapiz en el suelo. Elfos,
gnomos y duendecillos acuden prestos para participar en la celebración con sus
brincos y atrevidas cabriolas, que llegan a alcanzar hasta las copas más altas
de los árboles.
Al mismo tiempo, las hadas
ejecutan su armoniosa y resplandeciente danza, en la que se cogen de las manos
y giran sin cesar alrededor del Hada del Tulipán, símbolo inaugural y vigoroso
de la naturaleza creciente. Mientras, un virtuoso coro de petirrojos y
abadejos, revoloteando en el aire, entona una alegre y vigorosa canción. Les
acompañan el suave arrullo de las hojas de los árboles y el tranquilizador
rumor de la brisa de primavera.
Seguramente, de esta ceremonia feérica
deriva la tradicional fiesta de la flor de mayo que se celebra particularmente
en Irlanda. En esta fiesta, la gente danza alrededor de un mástil o de un
poste, para conmemorar la llegada de la primavera.
Dentro del cáliz del tulipán
reside una hermosa hada de flor. Este bello ser despierta la confianza y ayuda
a clarificar las facultades mentales.
Estas hadas de flores pueden
estimular una mayor visión, y guardan el conocimiento del significado oculto de
los acontecimientos.
El tulipán va asociado al amor.
Tiene forma de cáliz, y su hada te invita a beber de esta copa amorosa, para
sentir las bendiciones de la naturaleza.
Te ayudará a ver el verdadero significado de
las cosas, su importancia, y a las personas que son realmente importantes en tu
vida. Este hada también te protege contra la mala suerte.
LA PRIMAVERA HA LLEGADO
BRANWEN: HADA DE LA PRIMAVERA
Debido a su juventud y hermosura,
los antiguos celtas consideraban a Branwen, hija del Dios de las aguas Manannan
y esposa del legendario rey irlandés Mathowch, el símbolo de la primavera
repleta de vida y color.
En la mitología celta, Branwen es
una de las tres matriarcas de Bretaña y Diosa del renacimiento y de la
regeneración. Por ello, uno de sus atributos es el caldero, que, al igual que
el Grial, contiene la esencia misma del despertar y la vida.
El hermano de Branwen es Bran,
Dios del sol y Señor de la profecía y las artes, así como de las batallas.
Branwen se enfrenta a Caillech, la Reina del invierno, en el festival de
Beltaine (uno de mayo), que da la bienvenida a la primavera. En la contienda
sale vencedora Branwen, que, sentada en su trono de flores, pasa a presidir el
ritual en que se encienden hogueras coronadas con largas pértigas, símbolos de
los robles sagrados.
Dado que la primavera se ha
interpretado, tradicionalmente, como la metáfora del despertar de la pasión
amorosa, hay quien compara Branwen con la Diosa griega Afrodita (Venus para los
romanos), Diosa del amor. Lo cierto es que los jóvenes enamorados acuden a
ambas diosas para rendirles culto y recibir sus dones. Afrodita, al igual que
Branwen, regia también la fiesta de la primavera, que en la antigua Grecia se
celebraba el uno de abril. En este festival, no solo se celebraba la gracia y
la hermosura de la naturaleza, sino también el amor imperecedero y el deseo
amoroso, que, según se creía, rebrotaba con fuerza en esta estación del año.
Por su identificación con la Diosa grecorromana, Branwen se conoce también con
el nombre de ” Venus de los mares y de las tierra del norte”.
En algunas culturas, la reina de
la primavera se considera el heraldo del Dios del sol, al que precede o sigue
en su aparición. Según una antigua leyenda, equivalente a la de la Diosa griega
Afrodita, Branwen surgió de las aguas del mar, alumbrado por los rayos del sol.
Los colores que se atribuyen a Branwen son el rosa, verde y el azul celeste y
las piedras preciosas, el aguamarina y la turquesa, Branwen es, además, un
símbolo claramente femenino y se erige en guardiana de la fecundidad.
Después de dejar atrás el
invierno donde está todo seco y amarillento, llegan las Hadas de la Primavera y con su magia esparce sus
semillas por todas partes para que los jardines,prados y paisajes se llenen de
lindas flores de radiantes colores. Durante muchos meses las hadas
esperan la llegada de la primavera. Ellas que lo saben todo tambien
saben el día exacto en que brotan las primeras flores del cerezo – Pero prefiere mantenerolo en secreto –
¡ Es tan bonito despertarte un
día en medio de una nube de pétalos color de rosa !
Con el florecer de los cerezos
empieza la estación más dulce del año. La prefieren las Hadas la que
entibia el aire y caliente la tierra la que permite que todo en la
naturaleza se renueve y germine. Las pequeñas haditas esperan
impacientes que se produzca el milagro que convertirá una preciosa flor en una
jugosa cereza. Las verdaderas reinas de l a
primavera son las flores, que adornan los valles con sus colores y traen la paz
al lugar con sus aromas.
Para las hadas chiquitas las
flores son su casa, escondiéndose para jugar entre las hojas de una campanilla
o bajo las hojas de los abedules. En ellas duermen y con ellas juegan.
Las hadas, como todos los seres
de la naturaleza, conocen los poderes mágicos de las plantas, que utilizan para
sus brebajes.
Existen muchas Hadas Florales con
tareas muy diversas, y miles de formas y de tamaños. Hay Gnomos que trabajan la
tierra, y Elfos que se dedican especialmente a crear colores brillantes y
delicados. Otras Hadas permiten a las flores emitir sus fragancias, mientras
que otras trabajan para asegurar la salud de la raíz, el tallo y la hoja, para
que los nutrientes sean transportados y la planta se pueda prolongar.
Cuando la flor muere, su energía
regresa a la tierra hasta que vuelve la hora de crecer al llegar otra vez la
primavera.
Las hadas de las flores perennes
se retiran en la planta durmiente y la nutren hasta que regresa el momento del
crecimiento.
Todas las flores poseen una fuerte vibración,
y esto también se aplica a las flores cortadas, pues si las ponemos en agua
siguen vivas y las hadas continúan activas, generando la emisión de aromas.
Es mejor tenerlas en macetas,
pues ahí moran las hadas, no guardes nunca flores muertas en casa, pues en
lugar de proporcionarte energía e inspiración harán el efecto contrario.
Las flores se suelen regalar
porque son dones que las hadas nos hacen a nosotros. Estas hadas son las más
gentiles, dulces y generosas de todas, y te las puedes encontrar en cualquier
seto o jardín.
Y LLEGÓ LA PRIMAVERA
Y llegó la primavera, coqueta,
alegre y colorida,
llegó como llegan las avejas hasta las flores a
livar.
Se sabía hermosa y que todos la
esperaban,
pues en sus manos traía ¡ cosas
mágicas para regalar !
Dejó atrás al invierno
invitándolo a descansar,
con sus nieves, con sus fríos y
su melancolía sin par,
besó sus labios helados y le dijo
suavemente,
descansa mi buen amigo y duerme
tranquilamente.
Y llegó la primavera como llega
cada año,
desbordada de ilusiones y de
flores por doquier,
de capullos que se abren
ofreciendo dulces mieles,
y de aves de arco iris que le
cantan al amor.
y llegó la primavera y el
ambiente ya es de fiesta,
pues las flores en los campos sus
perfumes prodigaron,
las mariposas ya nacen a presumir
sus colores,
y se respira en el aire un aroma
de ilusión.
y llegó la primavera y a todo le
da color,
a los sueños, a los besos y a los
encuentros de amor,
a los ojos que se miran con
ternura y devoción,
y a las palabras que salen de un
sincero corazón.
Y llegó la primavera a
entibiarnos nuestros cuerpos,
y a decirnos dulcemente que
debemos renacer,
que levantemos las manos
olvidándonos de penas,
despojándonos de todo lo que nos
hace caer.
Y
llegó la primavera para hacernos entender,
que la vida se renueva por muy
oscura que este,
que los inviernos del alma a
veces son necesarios,
para renacer como ella ¡con
alegría y con fe!
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