ARES DIOS DE LA GUERRA
NACIMIENTO E INFANCIA: Poco sabemos acerca
del nacimiento y la infancia del dios de la guerra. La mayoría de los autores
antiguos lo citan como hijo de Zeus y Hera, uno de los escasos frutos legítimos
de este matrimonio. En alguna tradición se sitúa el lugar de nacimiento de Ares
lejos de Grecia, en la tierra de Tracia, donde los bárbaros habrían
desarrollado un rico culto a este dios. Es probable que los tracios, pueblo
belicoso e indómito, rindieran un culto preferente a alguna divinidad guerrera,
motivo por el cual los griegos habrían atribuido a esta tierra el haber sido la
cuna de este dios. Algunos autores, llevados por estos datos, han afirmado que
el origen del Ares griego habría estado en Tracia, y que los griegos se habrían
limitado a copiarlo de sus vecinos del norte, siendo ésta la causa de que su
culto estuviera poco desarrollado en la Hélade.
DESCRIPCIÓN: Se le representa como hijo de
Zeus y Hera, aunque existe una tradición posterior según la cual Hera lo
concibió al tocar una determinada flor, en lo que parece ser una imitación de
la leyenda sobre el nacimiento de Hefesto, y es recogida por Ovidio. También
existe una leyenda similar sobre el nacimiento de Eris, diosa de la Discordia.
Su lugar de nacimiento y auténtico hogar estaba situado lejos, entre los
bárbaros y belicosos tracios, y a él huyó cuando fue descubierto acostándose
con Afrodita.
Los helenos siempre
desconfiaron de Ares, quizá porque ni siquiera estaba influenciado por el
espíritu de pertenecer a un bando, sino que a veces ayudaba a una parte y a
veces a la otra, según le dictaban sus inclinaciones. Su mano destructiva se
veía incluso tras los estragos provocados por plagas y epidemias. Este carácter
salvaje y sanguinario de Ares le hacía ser odiado por otros dioses, incluidos
sus propios padres.
CULTO: El carácter guerrero de las tribus
de Tracia llevó a la creencia de que el hogar de Ares estaba en ese país, que
era junto con Escitia su principal centro de culto. Ares fue adorado en Escitia
con la forma de una espada, a la que no sólo se sacrificaban caballos y otro
ganado, sino también hombres.
La adoración de Ares
en los países al norte de Grecia parece indicar que su culto se introdujo en
ellos desde Tracia, y el propio carácter del dios, como es descrito por la
mayoría de los antiguos poetas griegos, parece haber sido ideado poco
apropiadamente a su representación en obras de arte: en efecto, no se conocen
representaciones artísticas de Ares anteriores a la época de Alcámenes, quien
parece haber creado el ideal de Ares. Se conservan pocos monumentos griegos con
representaciones del dios, apareciendo principalmente en monedas, relieves y
joyas.
Aunque importante en
la poesía, Ares fue raramente objeto de culto en la antigua Grecia, en
comparación con otros dioses, salvo en Esparta, donde era apaciguado la víspera
de la batalla, y en el mito fundacional de Tebas, apareciendo en pocos mitos
más. En Esparta había una estatua del dios encadenado, para mostrar que el
espíritu de la guerra y la victoria nunca abandonaría la ciudad. En esta ciudad
se le sacrificaban cachorros de perros negros (en asimilación del sacrificio
nocturno ctónico de Enialio) e incluso humanos.
En el mito de los
Argonautas se creía que en la Cólquida, el Vellocino de oro estaba colgado de
un Roble en una arboleda consagrada a Ares. Desde allí se creía que los
Dioscuros trajeron a Laconia la antigua estatua de Ares que se conservaba en el
templo de Ares Thareitas, en el camino de Esparta a Terapna.
La isla cercana a la
costa de la Cólquida en la que se creía que moraban los Pájaros del Estínfalo,
y que se llamaba isla de Ares, Aretias, Aria o Chalceritis, estaba también a él
consagrada.
El templo a Ares en
el ágora de Atenas que Pausanias vio en el Siglo II sólo había sido trasladado
y rededicado allí durante la época de Augusto: en esencia era un templo romano
a Marte. Sin embargo Pausanias señala que allí había una estatua suya realizada
por Alcámenes. El Areópago, la ‘colina de Ares’ donde Pablo predicó, está
situada a cierta distancia de la Acrópolis, siendo desde tiempos arcaicos un
lugar donde se celebraban juicios. Esta relación con Ares, quizá basada en una
falsa etimología, puede ser puramente etiológica.
En Olimpia existía
un altar dedicado a este dios. También era adorado cerca de Tegea (llamado Ares
Afneo), y en la misma ciudad de Tegea. Cerca de Tebas había una fuente
consagrada a Ares. Mientras en Gerontra (Laconia) tenía un templo con una
arboleda donde se celebraba un festival anual durante el cual no se permitía
que las mujeres se acercasen al templo.
SÍMBOLOS: Ares tenía
una cuadriga tirada por cuatro sementales inmortales con bridas de oro que
respiraban fuego. Entre los demás dioses, Ares era reconocido por su armadura
de bronce y por la lanza que blandía en batalla. Sus pájaros sagrados eran las
lechuzas, los pájaros carpinteros y especialmente los buitres. Según las
Argonáuticas los pájaros de Ares (Ornithes Areioi) eran una bandada de pájaros
cuyas plumas podían lanzar como dardos y que guardaban el altar que las
amazonas dedicaron al dios en una isla del mar Negro. Su animal favorito era el
perro.
En el arte griego
clásico sus atributos usuales eran un casco crestado y una lanza con la cual
derrotaba fácilmente a sus enemigos.
MITOLOGÍA
AYUDANTES: Deimos y Fobos eran hijos suyos con
Afrodita y también respectivamente los espíritus del terror y el miedo, que le
acompañaban a la batalla. La hermana y compañera del homicida Ares era Enio,
diosa del derramamiento de sangre y la violencia. La presencia de Ares se veía
acompañada por Cidoimos, el daimon del alboroto de las batallas, así como las
Macas (Batallas), las Hisminas (Disputas), Polemos (un espíritu menor de la
guerra, probablemente un epíteto de Ares, pues no tenía un dominio específico)
y la hija de éste, Alala, la diosa-personificación del grito de guerra griego,
cuyo nombre era usado por Ares como grito de guerra propio. Su hermana Eris le
acompañaba en los combates, incitando a los soldados a luchar. Su otra hermana
Hebe, a quien trataba irrespetuosamente, era reclamada a menudo para prepararle
el baño.
LA FUNDACIÓN DE TEBAS: Uno de los muchos
papeles de Ares situado en el propio continente griego era el del mito
fundacional de Tebas: Ares era el progenitor del dragón acuático que mató
Cadmo, convirtiéndose en ancestro de los espartanos, pues de los dientes del
dragón brotaron como si una cosecha creciese una raza de guerreros
descendientes de Ares, los espartos. Para aplacar a Ares, Cadmo tomó como esposa
a Harmonía, hija de éste con Afrodita, resolviendo así la contienda y fundando
la ciudad de Tebas.
AFRODITA: En el mito cantado por el bardo en
el salón de Alcínoo, rey de los feacios, el dios sol Helios espió una vez a
Ares y Afrodita haciendo el amor en secreto en casa del esposo de ésta,
Hefesto, a quien alertó presto. Hefesto enfureció y conspiró para atrapar a la
pareja in fraganti, para lo que dispuso sobre la cama una sutil red metálica
invisible con el poder de inmovilizar a cualquiera, incluyendo a los dioses.
Así atrapó a Ares y Afrodita en la siguiente ocasión, trayendo entonces a los
demás dioses para que fuesen testigos del adulterio (las diosas no fueron por
pudor), pensando humillarlos. Algunos comentaron la belleza de Afrodita, otros que
habrían cambiado gustosos el lugar de Ares, pero todos se burlaron de ellos.
Poseidón accedió a devolver a Hefesto el excrex de Afrodita. Cuando la pareja
fue liberada, Ares huyó a su tierra natal, Tracia.
En una versión
adulterada muy posterior, Ares ponía a Alectrión a su puerta para que le
avisase de la llegada de Helios, pero el joven se quedó dormido y Helios
descubrió a los amantes. Ares, furioso, transformó a Alectrión en un gallo, que
nunca se olvida de anunciar la llegada del sol por las mañanas.
ARES Y LOS GIGANTES: En un oscuro mito
arcaico, relatado en la Ilíada por la diosa Dione a su hija Afrodita, dos
gigantes ctónicos, los Alóadas, Oto y Efialtes, encadenaban a Ares y le
encerraban en una urna de bronce, donde permaneció trece meses, un año lunar. «Allí
pereciera el dios insaciable de combate, si su madrastra [de los Alóadas], la
bellísima Eribea, no lo hubiese participado a Hermes». «En éste se sospecha un festival de
libertinaje que se desata al decimotercer mes.» Ares estuvo gritando y aullando en la urna hasta
que Hermes lo rescató y Artemisa engañó a los Alóadas haciendo que se arrojaran
sus lanzas uno al otro, matándose.
ARES EN LA GUERRA DE TROYA: En la Ilíada,
Homero representa a un Ares sin alianzas fijas ni respeto hacia Temis, el orden
correcto de las cosas: prometió a Atenea y Hera que lucharía del lado de los
aqueos, pero Afrodita logró persuadirle para que luchase junto a los troyanos.
Durante la guerra,
Diomedes se enfrentó a Héctor y vio a Ares luchando en el bando troyano.
Diomedes pidió a sus soldados que se retirasen lentamente. Hera, la madre de
Ares, vio la injerencia de éste y pidió permiso a Zeus, su padre, para alejarlo
del campo de batalla. Ares atacó a Diomedes con su lanza, pero Atenea desvió el
ataque. Diomedes respondió con la pica y Atenea guió el golpe para herir a
Ares, quien en su caída bramó como nueve o diez mil hombres y huyó al monte
Olimpo, lo que obligó a los troyanos a retirarse.
Cuando Hera mencionó
durante una conversación con Zeus que su hijo Ascálafo había muerto, Ares
rompió a llorar y quiso unirse a la batalla del lado de los aqueos contra la
orden de Zeus de que ningún olímpico debía participar en la guerra. Atenea
detuvo a Ares y le ayudó a quitarse la armadura. Más tarde, cuando Zeus
permitió a los dioses tomar parte activa en la guerra de los mortales, Ares
intentó vengarse de Atenea, pero terminó herido de nuevo cuando ésta le golpeó
con una piedra, cubriendo al caer con su cuerpo tumbado siete yugadas. Cuando
la piedra golpeó a Ares, mató a llíada y le mando a gobernar su patria, Tracia.
OTROS MITOS: En la
contienda de Tifón contra Zeus, Ares se vio obligado, junto con los otros
dioses, a huir a Egipto, donde se metamorfoseó en un pez.
ARES DIO A HIPÓLITA EL CINTURÓN QUE LUEGO LE QUITO HERACLES: Cuando
Afrodita amó a Adonis, un celoso Ares se transformó en un oso y mató a su
rival. En algunas versiones de la historia de Adonis, Artemisa y Ares (su
amante en ellas) enviaban un jabalí para matarle (esta versión es sospechosa
porque implicaría que Artemisa mantuvo relaciones con Ares y, sin embargo,
virtualmente todas las fuentes coinciden en que se mantuvo casta todo el
tiempo).
Según una tradición
posterior, Ares mató a Halirrotio, hijo de Poseidón, cuando éste intentó violar
a Alcipe, su hija con Agraulo. Poseidón exigió a Zeus que Ares fuese castigado,
por lo que fue llevado a juicio: el primer juicio por asesinato de la historia.
Los demás olímpicos votaron que debía ser absuelto. Se cree que este suceso dio
origen al nombre «Areópago».
CONSORTES Y DESCENDENCIA
Existen relatos de
un hijo de Ares, Cicno de Macedonia, que fue tan sanguinario que intentó
construir un templo con las calaveras y huesos de los viajeros a los que
asesinaba. Heracles lo mató, provocando la cólera de Ares, a quien también
derrotó, obligándole a volver al Olimpo.
OTROS CONSORTES Y DESCENDENCIA:
AÉROPE
Aéropo.
AGRAULO.
Alcipe.
AFRODITA.
Anteros.
Deimos.
Eros.
Fobos.
Harmonía.
ALTEA.
Meleagro.
ASTÍOPE.
Ascálafo.
Yálmeno.
ATALANTA.
Partenopeo.
CIRENE.
Diomedes.
CRISA.
Dotis.
Flegias.
DEMONICE.
Eveno.
Molo.
Pilo.
Testio.
ENIO.
Enialio.
EOS.
Eritia.
Euritión.
ESTÉROPE.
Harpina.
Enómao.
FILÓNOME.
Licasto.
Parrasio.
HARONÍA.
Amazonas.
ILIA (Rea Silvia en la mitología romana).
Remo.
Rómulo.
OTRERA.
Antíope.
Hipólita.
Pentesilea.
PELOPIA.
Pirene.
Cicno.
PROTOGENIA.
Óxilo.
TIRINE.
Thrassa.
TRITE.
Melanipo.
MADRE DESCONOCIDA.
Alcón.
Drías.
Eagro.
Licimnio.
Lico.
Niso.
Portaón.
Tereo.
ARES EN EL REMACIMIENTO: En las obras de
arte renacentistas y neoclásicas, los símbolos de Ares son una lanza y un
casco, su animal es el perro y su pájaro el buitre. En las obras literarias de
estas épocas, Ares aparece como cruel, agresivo y sediento de sangre,
vilipendiado tanto por dioses y humanos, casi como en los antiguos mitos
griegos.
POESÍA A ARES/MARTE
Si Atenea estratega
mesurada,
Ares guerrero de la
fuerza bruta,
que ni sigue
política absoluta,
ni le rige la ley,
sino la espada.
No hay válida razón
justificada
que le lleve a la
guerra; la ejecuta
por el puro placer
de quien disfruta
ruina, violencia y
sangre derramada.
No importa dónde
esté, por qué ni cuándo,
combatirá con uno u
otro bando
según su voluntad
sople, o el viento.
Hijo de Zeus, no
alcanzó respeto
ni de él ni de los
dioses, simple objeto
de enemistad y de
resentimiento.
FUENTES
Mitología
Wikipedia
Poesía del momento .
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