LA DIOSA AFRODITA
Afrodita. Es la
diosa del amor, el sexo y la belleza. Cuenta con poderes inmensos: protege a
los esposos, fecunda los hogares y está presente en los partos. También
simboliza la pasión desencadenada que destruye las uniones legítimas e incita a
los mortales a toda clase de voluptuosidades y vicios. Las atribuciones son los
secretos de las doncellas, las sonrisas, los engaños, el placer, el amor y la
dulzura. Los animales favoritos eran las palomas, y estas aves arrastraban al
carro. Las plantas eran la rosa y el mirto. Afrodita (en griego antiguo Ἀφροδίτη) es, en la mitología
griega, la diosa del amor, la lujuria, la belleza, la prostitución
y la reproducción.
Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar
que normalmente no era el amor en el sentido cristiano o romántico, sino
específicamente Eros (atracción física o sexual). Su equivalente romana es la
diosa Venus.
ORIGENES DE LA DIOSA: Afrodita tiene
numerosas equivalentes: Inanna en la mitología sumeria, Astarté en la fenicia,
Turan en la etrusca y Venus en la romana. Tiene paralelismos con diosas
indoeuropeas de la aurora, tales como Ushás o Aurora. Según Pausanias, los
primeros que establecieron su culto fueron los asirios, y tras ellos los
pafosianos de Chipre y los fenicios que vivían en Ascalón (Palestina), quienes
enseñaron su culto a los habitantes de Citera. Se decía que Afrodita podía
hacer que cualquier hombre se enamorase de ella con solo poner sus ojos en él.
El nombre Ἀφροδίτη era relacionado por
etimología
popular con ἀφρός
aphrós,
‘espuma’,
interpretándose
como ‘surgida
de la espuma’
y personificándola
en un mito etiológico
que ya era conocido para Hesíodo.
Tiene reflejos en el mesapico y el etrusco (de ahí «abril»),
que probablemente fueron tomados prestados del griego. Aunque Heródoto estaba
al tanto de los orígenes fenicios de Afrodita, los intentos lingüísticos por
derivar el nombre «Afrodita» del semítico
Aštoret,
mediante transmisión
hitita no documentada, siguen sin ser concluyentes. Una sugerencia de
Hammarström, rechazada por Hjalmar Frisk, relaciona el nombre con πρύτανις, un préstamo
griego de un cognado del etrusco (e)pruni, ‘señor’ o similar. Mallory y Adams
ofrecen una etimología
del indoeuropeo abhor, ‘muy’
+ dhei, ‘brillar’.
Si procede del
semítico, una etimología plausible sería del barīrĩtu asirio, un demonio
femenino hallado en textos babilónicos medios y tardíos. El nombre significa
probablemente ‘la que [viene] al anochecer’, una manifestación del planeta
Venus como estrella vespertina, un atributo bien conocido de la diosa
mesopotámica Inanna/Ishtar.
CULTO: La isla de Citera era un importante
centro de su culto. Estaba asociada con Hesperia y era frecuentemente
acompañada por las Cárites, las diosas de las festividades. Afrodita tenía sus
propios festivales, las Afrodisias, que se celebraban por toda Grecia pero
particularmente en Atenas y Corinto. En el templo de Afrodita ubicado en la
cima del Acrocorinto (antes de la destrucción romana de la ciudad en 146 a. C.)
las relaciones sexuales con sus sacerdotisas eran consideradas un método de
adoración a la diosa. Este templo no fue reconstruido cuando la ciudad se
refundó bajo dominio romano en 44 a. C., pero es probable que los rituales de
fertilidad perdurasen en la ciudad, cerca del ágora.
Afrodita estaba
asociada y era con frecuencia representada con el mar, los delfines, las
palomas, los cisnes, las almejas, las vieiras, las perlas, y los árboles de
granada, manzana, mirto, rosa y lima. Para finales del siglo V a. C. los
filósofos habrían separado Afrodita en dos diosas diferentes, no
individualizadas en el culto: Afrodita Urania, nacida de la espuma después de
que Cronos castrase a Urano, y Afrodita Pandemos, la Afrodita común “de todo el
pueblo’, nacida de Zeus y Dione. Entre los neoplatónicos y finalmente sus
intérpretes cristianos, Afrodita Urania figura como la Afrodita celestial,
representando el amor del cuerpo y el alma, mientras Afrodita Pandemos estaba
asociada con el mero amor físico. La representación de Afrodita Urania, con un
pie descansando sobre una tortuga, fue interpretada más tarde como emblemática
de la descripción del amor conyugal; la imagen se atribuye a Fidias, en un
escultura criselefantina hecha para Elis, de la que sólo tenemos un comentario
pasajero de Pausanias.
Por esto, según
Platón Afrodita es dos diosas, una vieja y la otra joven. La mayor, Urania, es
la hija de Urano; la menor se llama Pandemos, y es la hija de Zeus y Dione.
Pandemos es la Afrodita común. El discurso de Pausanias distingue dos
manifestaciones de Afrodita, representadas por dos historias: Afrodita Urania
(‘celestial’) y Afrodita Pandemos (‘común’).
NACIMIENTO: La “surgida de la espuma” Afrodita
nació de la espuma del mar cerca de Pafos (Chipre) después de que Cronos
cortase durante la Titanomaquia los genitales a Urano con una hoz adamantina y
los arrojase tras él al mar. De ahí que se le conozca como "la diosa
nacida de las olas" o "nacida del semen de dios". En su
Teogonía, Hesíodo cuenta que los genitales «fueron
luego llevados por el mar durante mucho tiempo. A su alrededor surgía
del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació
una doncella» ya adulta.
Este mito de Venus (el nombre romano de Afrodita) nacida adulta, Venus Anadiómena
(‘Venus saliendo del mar’), fue una de las representaciones icónicas de
Afrodita, famosa por la admiradísima pintura de Apeles, hoy perdida, pero
descrita por Plinio el Viejo en su Naturalis Historia.
Por esto, Afrodita
es de una generación anterior a la de Zeus. Homero cuenta en el libro V de la
Ilíada otra versión sobre su origen, según la cual sería hija de Dione, quien
era la diosa oracular original («Dione» significa simplemente ‘diosa’,
forma femenina de Δíος, ‘diosa’,
el genitivo de «Zeus») en Dódona.
Según
Homero, Afrodita, aventurándose
en batalla para proteger a su hijo Eneas, es herida por Diomedes y vuelve con
su madre, postrándose
de rodillas para ser reconfortada. «Dione» parece ser equivalente a Rea,
la Madre Tierra, a quien Homero trasladó al Olimpo y alude a un hipotético
panteón protoindoeuropeo original, con dios jefe (Di-) representado por el
cielo y el rayo y la diosa jefa (forma femenina de Di-) representada como la
tierra o el suelo fértil. La propia Afrodita fue llamada a veces «Dione». Una vez que el culto a Zeus
hubo usurpado el oráculo-robledo
de Dódona,
algunos poetas lo tuvieron por padre de Afrodita.
El principal centro
de adoración a Afrodita permaneció en Pafos, al suroeste de la costa de Chipre,
donde Las Horas, distribuidoras de la lluvia, la recibieron como reina y le
enseñaron todos los trucos para seducir a los hombres mortales e inmortales,
provocando que la fidelidad no fuese precisamente una virtud en Afrodita.
VIDA ADULTA: Afrodita no tuvo infancia: en
todas las imágenes y referencias nació adulta, núbil e infinitamente deseable.
En muchos de los mitos menores tardíos en los que participa se la presenta
vanidosa, malhumorada y susceptible. Aunque es uno de los pocos dioses del
panteón griego realmente casados, le es infiel a su marido con frecuencia.
Hefesto es una de las deidades helénicas más ecuánimes; en el relato recogido
en la Odisea Afrodita parece preferir a Ares, el voluble dios de la guerra. Es uno
de los pocos personajes que desempeñó un papel importante en la causa original
de la propia Guerra de Troya: no sólo ofreció a Helena de Esparta a Paris, sino
que el rapto se llevó a cabo cuando éste, al ver a Helena por primera vez, se
vio abrumado por el deseo de poseerla, lo que corresponde a la esfera de
Afrodita.
MATRIMONIO CON HEFESTO: Debido a su inmensa
belleza, Zeus temía que Afrodita fuera la causa de violencia entre los otros
dioses. Por ello la casó con Hefesto, el severo y malhumorado dios del fuego y
la fragua. Otra versión de esta historia cuenta que Hera, la madre de Hefesto,
lo arrojó del Olimpo al considerarle feo y deforme. Éste obtuvo su venganza
atrapándola en un trono mágico y exigiendo a cambio de su liberación la mano de
Afrodita. Hefesto estaba contentísimo de haberse casado con la diosa de la
belleza y forjó para ella hermosa joyería, incluyendo el cesto, un cinturón que
la hacía incluso más irresistible para los hombres.
La infelicidad de
Afrodita con su matrimonio hizo que buscase la compañía de otros, normalmente
Ares, pero también Adonis. Hefesto fue informado del adulterio que su esposa
mantenía con Ares por Helios. Como venganza, atrapó ingeniosamente a Ares y
Afrodita con una red de finas cadenas que había dispuesto sobre el lecho para
que cayeran al más mínimo contacto. Entonces llamó a todos los demás dioses
olímpicos para burlarse de ellos (sin embargo, «las diosas se quedaron en casa, todas por vergüenza»); algún
dios desenfadado comentó
que no le habría
importado sentir tal vergüenza.
Hefesto no los liberó hasta que Poseidón le prometió que Ares pagaría los
desagravios, pero ambos escaparon tan pronto como levantó la red y no
mantuvieron su promesa.
La diosa avergonzada
huyó a Chipre, mientras que Ares se fue a Tracia. Sin embargo, sus amores
tuvieron fruto y de tal unión nacieron Eros (dios del amor) y Anteros, Deimos y
Fobos (el Terror y el Temor) y Harmonía.
AFRODITA Y PSIQUE: Afrodita aparece
como un personaje secundario en la historia de “Eros y Psique”, que aparecía al
principio como una digresión narrada por una anciana en la novela de Lucio
Apuleyo, El asno de oro, escrita en el siglo II a. C. En ella Afrodita estaba
celosa de la belleza de una mujer mortal llamada Psique. Pidió a Eros que usara
sus flechas doradas para hacer que Psique se enamorase del hombre más feo del
mundo. Eros accedió pero terminó enamorándose él mismo de Psique, al pincharse
con una flecha dorada por accidente.
Mientras tanto, los
padres de Psique estaban preocupados porque su hija siguiera soltera.
Consultaron un oráculo que les dijo que ella no estaba destinada a ningún
amante mortal, sino a una criatura que vivía en la cima de cierta montaña, a
quien incluso los dioses temían. Eros había preparado al oráculo para que
dijera esto. Psique se resignó a su destino y subió a la cumbre de la montaña,
pidiéndole a los ciudadanos que la seguían que la dejaran y le permitiesen
afrontar sola su destino. Allí Céfiro, el viento del oeste, la bajó flotando
suavemente hasta una cueva. Psique entró y se sorprendió de hallarla llena de
joyas y adornos. Eros le visitaba cada noche en la cueva y hacían el amor
apasionadamente. Le pidió solo que no encendiese jamás ninguna lámpara porque
no quería que Psique supiera quién era (sus alas le hacían inconfundible). Sus
dos hermanas, celosas, la convencieron de que su marido era un monstruo y que
debía clavarle una daga. Así que una noche encendió una lámpara, pero reconoció
a Eros al instante y dejó caer su daga. Una gota de aceite caliente cayó sobre
el hombro de Eros, le despertó y huyó, diciendo: «¡El
amor no puede vivir donde no hay confianza!»
Cuando Psique contó
a sus celosas hermanas mayores, éstas se regocijaron secretamente y cada una de
ellas fueron por separado a la cima de la montaña e hicieron como Psique les
había dicho para entrar en la cueva, esperando que Eros las preferiría a ellas.
Eros seguía con el corazón roto y no las cogió, por lo que murieron al caer
hasta la base de la montaña.
Psique buscó a su
amante por buena parte de Grecia, tropezando finalmente con un templo a
Deméter, donde el suelo estaba cubierto de montones de grano mezclado. Empezó a
ordenar el grano en montones ordenados y, cuando hubo terminado, Deméter le
habló, diciéndole que la mejor forma de encontrar a Eros era buscar a su madre,
Afrodita, y ganarse su bendición. Psique encontró un templo a Afrodita y entró
en él. Afrodita le asignó una tarea similar a la del templo de Deméter, pero le
dio un plazo imposible de cumplir. Eros intervino, pues aún la amaba, e hizo
que unas hormigas ordenaran el grano por ella. Afrodita se enfureció por este
éxito de Psique y le dijo que fuese a un campo donde pastaban unas ovejas
doradas y consiguiese lana de oro. Psique fue al campo y vio las ovejas, pero
fue detenida por el dios del río que tenía que cruzar para llegar al campo.
Éste le dijo que las ovejas eran malas y crueles y podían matarla, pero que si
esperaba hasta mediodía, las ovejas irían a buscar la sombra en el otro lado
del campo y se dormirían, y que entonces podría agarrar la lana que quedaba
enganchada en las ramas y la corteza de los árboles. Psique así lo hizo y
Afrodita se enfureció todavía más al ver que había sobrevivido y superado su
prueba.
Por último, Afrodita
afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de
la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza.
Psique tenía que ir al inframundo y pedir a Perséfone, la reina del inframundo,
un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le
dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo
sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta
que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además de decirle cómo pasar
al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique apaciguó a
Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase
al Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les
tirase un pastel de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que
estaría encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y
le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el
inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma,
pensando que si hacia esto Eros le amaría con toda seguridad. Dentro estaba un «sueño
estigio» que la sorprendió.
Eros, que la había
perdonado, voló
hasta su cuerpo y limpió
el sueño
de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con
Psique. Éstos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la
boda de Eros y Psique, y el hijo que éstos tuvieron se llamó Placer o (en la
mitología romana) Voluptas.
EL JUICIO DE PARIS: Tanto los dioses y
diosas como diversos mortales fueron invitados a la boda de Peleo y Tetis (que
luego serían padres de Aquiles). Sólo la diosa Eris (Discordia) no fue
invitada, pero apareció con una manzana dorada con la palabra kallistēi (‘para
la más hermosa’) inscrita, que arrojó entre las diosas. Afrodita, Hera y Atenea
reclamaron ser la más bella y por tanto la justa propietaria de la manzana.
Estuvieron de acuerdo en llevar el asunto ante Zeus, quien, al no querer el
favor de ninguna diosa, dejó la elección en manos de Paris de Troya. Hera
intentó sobornarle con un reino (Asia Menor), mientras Atenea le ofreció
sabiduría, fama y gloria en la batalla, pero Afrodita le susurró que si la
declaraba la más bella le daría la mujer mortal más hermosa del mundo como
esposa, por lo que Paris eligió a Afrodita. Esta mujer era Helena. Las otras
diosas se enfurecieron y a través del rapto de Helena por Paris provocaron la
Guerra de Troya.
Afrodita agradecida
con Paris, lo protegió durante toda la campaña así como a los demás aqueos,
incluyendo a su hijo Eneas, a quien logró salvar de la muerte. Aunque Troya iba
a perder la guerra definitivamente, Afrodita logró rescatar la raza de los
aqueos con su hijo Eneas, quien luego viajara a una tierra desconocida donde
sus descendientes Rómulo y Remo fundarían Roma.
LAS IRAS DE AFRODITA: La diosa fue
especialmente conocida por sus maldiciones e iras, pues cuando alguien caía en
la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a tormentos terribles.
Castigó a la Aurora
con un amor irrefrenable por Orión, ya que había cedido a las seducciones de
Ares.
Castigó a todas las
mujeres de Lemnos, ya que éstas no la honraban, y las impregnó con un olor
insoportable que provocó que sus hombres las abandonaran.
Castigó a las hijas
de Cíniras y las obligó a prostituirse con extranjeros.
CONSORTES Y DESCENDIENTES
PADRES DEIDADES
|
DESCENDIENTES
|
ARES
|
Anteros.
Deimos.
Eros.
Fobos.
Harmonía.
|
DIONISIO
|
Himeneo.
Príapo
|
HEFESTO
|
|
HERMES
|
Hermafrodito
Peito.
Rodos.
Tique.
|
PADRES MORTALES
|
DESCENDIENTES
|
ADONIS
|
|
ANQUISES
|
Eneas.
|
BUTES
|
Érice.
|
FAENTÓN
|
Astinoo.
|
KRATOS
|
|
POESÍA AFRODITA/VENUS
Nació de los
castrados genitales
de Urano, sobre el
mar; la espuma era
la semilla del dios,
y ella una fiera
de tórridos
instintos animales.
Algo de amor, y
vértigos sexuales,
desnudez y belleza
su manera,
se encapricha,
seduce y adultera
en el Olimpo y entre
los mortales.
Helena de los
cielos, otorgada
a marido vulgar,
pues su llegada
provocó entre los
dioses competencia.
Semen astral bajo su
piel fluía,
que en explosión
erótica surgía
como testigo de su
procedencia.
FUENTES
Afrodita Consultado
el 25 de octubre de 2010.
Mitología Consultado
el 25 de octubre de 2010.
Afrodita Consultado
el 25 de octubre de 2010.
Mitos Consultado el
25 de octubre de 2010.
Nacimiento de
Afrodita - Foto.
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